jueves, 1 de octubre de 2009

· Duerme



Duérmete, mi niña, duerme, que la sombra que te acompañó de día se desvaneció hace tiempo y ahora, que te acoge la oscuridad de la noche, dormirás tranquila. Que tus temores vacíos no sean la piedra inamovible de tu descanso. No desdeñes a tu sueño por la osadía de agrandar lo que es pequeño.

Duerme profundamente, que cuantos lloraron en el silencio de la noche dieron su alma a la luna llena. Cierra los ojos, niña morena, que la condena de permanecer atado a ella puede hacer rodar lágrimas a la sombra de tu tristeza.
             

1 comentario:

  1. Tu sabes que padecí hace muy poco, una racha de trastornos del sueño que me convirtió por momentos en un alma en pena. El origen, creo yo, se debía a trastornos de ansiedad
    y alteraciones del sistema nervioso.

    El sueño es el momento que utiliza el cuerpo para las labores de reparación y regeneración. Hay que prepararse para él apagando lucecitas en nuestra cabeza, hasta dejar sólo una lamparita de luz suave; ese es justo el momento para ir a dormir.
    Que tengas muy dulces sueñossssss…ZZZ..zz.Zz…zZz.ZZz.z

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