Mis pensamientos se tropiezan, cayendo en un lenguaje inconexo, encadenando palabras quebradas cual collar roto. Las cuentas no salen, como no sale lo que quiero decir y mi rostro acompaña la frustración que en mí provoca.
El esfuerzo que presto es arduo y si piensas que no tengo las ideas claras, hoy por hoy, aciertas.
Has descrito perfectamente los vericuetos de la mente y por ende del ánimo. Así se llama el blog y has captado lo que, en el momento de ponerle el nombre, quise reflejar porque en realidad no deja de ser lo que me pasa muy a menudo: los pensamientos me llevan a intersticos que nunca sospecharé encontrarme como creo que, en cierta medida, a todos nos pasa.
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