Su mirada es clara y no le cuesta un ápice dar sin recibir nada a cambio. No sé si lo sabe, pero se me ilumina el alma cuando su serenidad me da sosiego, cuando su mirar brilla y me contagia su alegría.
Haga lo que haga me hace sentir bien, y mis ojos se avivan cuando miro los suyos. Veo en ellos mi reflejo, la ayuda sincera que me da sin esperar nada.
Que en estos días de alejamiento, no te falte el equilibrio y que no te abandone la paciencia para con los niños.
ResponderEliminarTe añoro por momentos.