A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado, 4 de mayo de 1912
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"La Sonata para violín y piano nº5 en fa mayor op.24 “Primavera”, de 1801, fue dedicada a su generoso mecenas, el banquero Conde Moritz Fries. Menos introspectiva que la op. 47, por su transparencia y cantabilidad tiene algo de mozartiana y los diálogos entre el violín y el piano evocan sentimientos de júbilo y ternura. El Allegro inicial, después de la seductora entrada del violín, expone un desarrollo amplio y equilibrado, al que se opone un segundo motivo más rítmico. El Adagio molto expresivo es un lied sereno y contemplativo, al que sigue un breve scherzo en donde el humor se hace presente bajo la forma de una danza chispeante con efectos sincopados. El Rondó final, de apariencia ingenua, utiliza el tema de un aria de “La clemenza di Tito”, de Mozart, para desplegar un Allegro luminoso, lírico y atractivo."
Adoro esta sonata por la alegría y la exaltación que produce, en especial el allegro, intacta desde la época en que Beethoven la creó y que expresa el amor por la naturaleza y la vida que destilaba el genio.
Adoro esta sonata por la alegría y la exaltación que produce, en especial el allegro, intacta desde la época en que Beethoven la creó y que expresa el amor por la naturaleza y la vida que destilaba el genio.
· Anne-Sophie Mutter, violín - Lambert Orkis, piano:
Me ha encantado el título.
ResponderEliminarMuy buena toda la entrada.
Un saludo
Es casi la única concesión de cariz político que nos permitimos en el blog. Vamos a tener que crear otro para dar caña que se llame "Vericuetos de lo sórdido".
ResponderEliminarMe alegro de que te guste. Creo que es muy buena la interpretación no exenta de "márquetin".
Ya sabes esto lo hacemos para dos gatos (literalmente).