Caballito azul, tu crin se yergue bajo el mar, mas recia se torna queriendo bajo el sol brillar . Potrillo de mar, aletas tienes para avanzar entre las olas en vez de cascos de rocín. No te compares con cualquier corcel, rey mío, pues tu aletita en la espalda hace cosquillas igualito que el chorrillo de un río.¡Qué pequeñito eres! ¡Cuan fragilidad disipas! Escóndete en el coral para que ningún pez te trague al nadar. Espérame, dulce trotón de mar, que por un ratito cabalgaremos a través de las olas aleteando entre transparentes medusas, esponjas de coral y estrellas de sal.
Que lindo te salió.
ResponderEliminarAbrazos a los dos.
Que nunca te abandone esa bendita inocencia. Es lo más parecido a la mirada de un niño. Lo más cercano a la pureza de espíritu, que nos salva de la monotonía y las miserias.
ResponderEliminarMuchas gracias.