domingo, 24 de enero de 2010

· el umbral



Recorro los angostos pasillos de esta posada con pequeñas y vacías habitaciones, que encontré de paso en un viaje cargado de experiencias que se limitan una vez más.

Hasta asomarme al umbral sobreviví para no perecer en el camino, cuestionándome de dónde venía y a dónde iba, preguntas que albergan la trascendencia de una vida con un destino, ofreciéndome mil senderos a elegir, llegando a esta maltrecha posada.

De cuando en cuando, revivo mi viaje en el umbral del presente, aunque éste sea angosto, pequeño y vacío como mi estancia de paso,y si hubiese un atajo que me acercase al futuro, me vendaría los ojos con un tupido percal.

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