La trémula candela hace sudar las arrugas de la frente del anciano. El crepitar de la hoguera realza la voz quebrada que cuenta historias que residen o no en la memoria, avivando así la chispa del ingenio.
El frío acampa entre las cenizas y rescoldos, y la llama calienta aun más cuando habla de leyendas inventadas. Un brillo rojizo refulge en la mirada de los crédulos que rodean la lumbre.
Cuando el fuego se agote, quedarán entre las brasas destellos y gozos de aquellos que vivieron historias prestadas por un orador ingenioso, pintando sus relatos con máscaras de colores.
Cuando el fuego se agote, quedarán entre las brasas destellos y gozos de aquellos que vivieron historias prestadas por un orador ingenioso, pintando sus relatos con máscaras de colores.
El cuentacuentos se sienta junto al fuego y teje fantásticas historias a la luz de la llama...
ResponderEliminarPorque lo que hace que las historias nazcan y crezcan es el fuego oculto en el propio corazón del narrador..
Feliz Navidad y feliz Año Nuevo.