Me aferro a la vida con zapatos de charol. Con ellos relumbra mi entorno y brilla con frenesí mi caminar. Ando con cuidado para que no se estropeen, y las manchas que se puedan formar deterioren mi destino.
Con zapatos de charol bailo para tener nuevas aventuras, nuevos dominios del lenguaje con mi medio. También ando de puntillas, para acallar lo que a nadie le importa, lo que puedan obviar sin decir nada de mí.
No sé si llaman la atención. Lo que sé es que mi vida atiende al movimiento pausado de mis pies, que llevan su preciosa y cómoda coraza, que hace fácil mi caminar.
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