Maldito dolor físico implacable, cruel e indiscriminado, que nos atormenta, llena y consume todo nuestro ser. Dolor que anulas las fuerzas, creas la desesperanza, laminas nuestra constancia e ilusión, y destrozas e imposibilitas la más cotidiana de las tareas, las más simples funciones humanas.
Dolor que estas apresando a quien quiero y estimo como lo mejor. Inmisericorde latigazo de paralizadores resultados. Antagonista traicionero y amedrentador de la voluntad. Minador de cualquier despliegue de valentía.
Creas la impotencia en nosotros, y tu tozudez consigue crear una sensación punzante de desasosiego y sufrimiento entre los que contemplamos inútilmente incapaces, como castigas absurdamente a quien más queremos.
Tú, que estas sufriendo, eres mi guía y mi estímulo. Sólo espero que termine cuanto antes y que no altere tu razón.
Los que te quieren y sufren contigo.
Este texto me ha dejado conmocionado.
ResponderEliminarUn abrazo